
Ayer mi amiga Aimee y yo tuvimos sesión conjunta de meditación a través de internet. Hicimos 33 minutos de silencio durante los cuales irradiamos todo nuestro amor y energía positiva al mundo entero. Ella en Nueva York y yo en Hawai, pero podíamos sentir nuestras vibraciones.. y lo mejor de todo fue que Aimee podía oir el sonido de la naturaleza que aquí me rodea (insectos, viento, pájaros). ¡Genial! Meditar rejuvenece, regenera y repara.
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